Las calizas y areniscas son unas piedras muy sencillas de mantener, ya que no requieren de cuidados específicos para su limpieza. Ideales para exeriores, ya que resisten a las humedades y a las inclemencias del tiempo.
Su variedad cromática les permite adaptarse, además, a muy distintos proyectos. Son susceptibles de incorporar tratamientos anti-graffiti y autolimpiantes.